El Quijote ilustrado: Una historia en imágenes,
una historia de las imágenes[1]
Dra. Elisa Borsari, Universidad de Alcalá / CEC
Borsari, Elisa (2013). «El Quijote ilustrado: Una historia en imágenes, una historia de las imágenes». SENSIGLORO. Sentido(s) de la Literatura del Siglo de Oro. Monografía 4. Disponible en: <http://sensigloro.weebly.com/>. [Acceso el XX/XX/XXXX]. I.S.S.N.: 2603-5960
Objetivos
- Que existen muchas formas de contar una misma historia y muchas otras de interpretarla, según la época y el ámbito geográfico.
- Que el estudio de las ilustraciones es imprescindible para la comprensión visual del texto, como complemento e interpretación.
- Que este artículo sea útil para otros profesores para que sus alumnos al final de la clase se vayan con la sensación de conocer algo más de la historia del sin par Hidalgo de la Mancha (y no simplemente el episodio de los molinos y los gigantes)
1. Introducción al argumento
¿Cómo representar a Don Quijote?
● Pedir a los alumnos que describan físicamente a Don Quijote a partir de sus recuerdos (lecturas anteriores, películas, dibujos animados, carteles) o de realizar un dibujo. ¿Cómo sería? ● Exponer los rasgos comunes en las descripciones y en los dibujos. ● Razonar sobre el por qué de esta imagen general y “universal”. ● Proseguir con la lectura del pasaje correspondiente del texto cervantino. |
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[Descripción física] Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza.
[…]
[Vestimentas] Y lo primero que hizo fue limpiar unas armas que habían sido de sus bisabuelos, que, tomadas de orín y llenas de moho, luengos siglos había que estaban puestas y olvidadas en un rincón. Limpiólas y aderezólas lo mejor que pudo.
¿Y cómo a su fiel escudero Sancho?
● Pedir a los alumnos que describan físicamente a Sancho a partir de sus recuerdos (lecturas anteriores, películas, dibujos animados, carteles) o de realizar un dibujo. ¿Cómo sería? ● Exponer los rasgos comunes en las descripciones y en los dibujos. ● Proseguir con la lectura del pasaje correspondiente del texto cervantino. |
● Pedir a los alumnos que subrayen los pasajes más importantes, resaltando con colores distintos la descripción de la situación, de los varios personajes que aparecen, etc. |
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En este tiempo, solicitó don Quijote a un labrador vecino suyo, hombre de bien… tanto le persuadió y prometió, que el pobre villano se determinó de salirse con él y servirle de escudero […] Con estas promesas y otras tales, Sancho Panza, que así se llamaba el labrador […]
Es solo en el capítulo noveno cuando el autor nos proporciona un retrato físico de Sancho, y ¿cómo lo da? A través de la descripción de una imagen que encontró en un cartapacio árabe.
Estando yo un día en el Alcaná de Toledo, llegó un muchacho a vender unos cartapacios y papeles viejos a un sedero; y, como yo soy aficionado a leer, aunque sean los papeles rotos de las calles, llevado d’esta mi natural inclinación, tomé un cartapacio de los que el muchacho vendía, y vile con caracteres que conocí ser arábigos. Y, puesto que, aunque los conocía, no los sabía leer, anduve mirando si parecía por allí algún morisco aljamiado que los leyese; y no fue muy dificultoso hallar intérprete semejante, pues, aunque le buscara de otra mejor y más antigua lengua, le hallara. En fin, la suerte me deparó uno, que, diciéndole mi deseo y poniéndole el libro en las manos, le abrió por medio y, leyendo un poco en él, se comenzó a reír.
Preguntéle yo que de qué se reía, y respondióme que de una cosa que tenía aquel libro escrita en el margen por anotación. Díjele que me la dijese; y él, sin dejar la risa, dijo:
—Está, como he dicho, aquí en el margen escrito esto: «Esta Dulcinea del Toboso, tantas veces en esta historia referida, dicen que tuvo la mejor mano para salar puercos que otra mujer de toda la Mancha».
Cuando yo oí decir «Dulcinea del Toboso», quedé atónito y suspenso, porque luego se me representó que aquellos cartapacios contenían la historia de don Quijote. Con esta imaginación, le di priesa que leyese el principio y, haciéndolo ansí, volviendo de improviso el arábigo en castellano, dijo que decía: Historia de don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo.
[Compra todos los cartapacios y se los lleva a casa] […] |
Una pregunta importante que habría que necesitaríamos ponernos es si siempre fue así, o si en otras épocas el público lector tenía otra concepción de esta obra cervantina.
2. Primeras impresiones
La primera edición del Quijote, de 1605, en los talleres de Juan de la Cuesta, situados en la calle Atocha en Madrid, aparece tan solo con la marca de su impresor, sin ninguna ilustración, algo habitual en los libros de caballerías, ya que eran considerados más bien libros de lectura, libros populares y normalmente, si tenían una ilustración era en la portada; en múltiples ocasiones, era la misma de otra edición o de otra obra. Habitualmente se representaba en ella a un caballero (y esas mismas planchas se podían repetir una y otra vez).
Así las primeras ediciones y reediciones del Quijote en España salieron de los talleres sin imágenes, mientras que se trataron de forma distinta las ediciones que se elaboraron en otras ciudades de influencia hispánica de los reinos de España como Lisboa (del Reino de Portugal) y Valencia (del Reino de Aragón) —algunas autorizadas, y otras, como las definiríamos ahora, «piratas».
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En la lisboeta de 1605, impresa por Jorge Rodríguez, en su portada encontramos la estampa xilográfica de un caballero jinete, acompañado por un escudero que le precede en la marcha. El caballero tiene armadura y espada, mientras el escudero una espada y una lanza. Esta nos recuerda algunas de las imágenes más generales de los libros caballerescos castellanos.
[Fig. 4] El mismo año en Lisboa encontramos otra emisión de Jorge Rodríguez, en la que aparecen dos caballeros enfrentados en singular combate.
[Fig. 5] También está la edición de Pedro Crasbeeck, en la que esta vez es el escudero el que sigue al caballero, y ambos sujetan una lanza. [Fig. 6] Por última, la de Valencia de Pedro Patricio Mey, en la que se muestra a un caballero solo: una imagen clásica, que podría aparecer en cualquiera de las ediciones de libros de caballerías. |
3. Fiestas, torneos y desfiles
Otra descripción, verdaderamente interesante, es la relatada por un anónimo cronista y que trata de la gran fiesta que se celebró en la ciudad de Pausa, en Perú, en 1607, para la toma de posesión del nuevo Virrey, el Marqués de Montesclaro. Para eso, hay que imaginarse un poco cómo se organizaban estas fiestas: varios días antes se indicaba que iba a celebrarse un torneo y, como en este caso, se ponía un cartel para que quien quisiera participar pudiera poner su nombre y así presentarse a los festejos. En esta ocasión, los varios participantes firmaron con los nombres de famosos caballeros cuales: El Caballero Venturoso, el Fuerte Bradaleón, Belflorán, el Caballero de la Selva, etc. y aparece también el Caballero de la Triste Figura, que todos sabemos que es el apelativo que Don Quijote se da después de la Aventura de los carneros. Pasados diez días se celebra al fin la «sortija», ya que había que adivinar al caballero que se quería representar, y después seguirían unos premios.
● Pedir a los alumnos que subrayen los pasajes más importantes, resaltando con colores distintos la descripción de la situación, de los varios personajes que aparecen, etc. |
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A esta hora asomó por la plaza el Caballero de la Triste Figura Don Quijote de la Mancha, tan natural y propio de cómo le pintan en su libro, que dio grandísimo gusto verle.
Venía caballero en un caballo flaco muy parecido a su Rocinante, con unas calcitas del año de uno, y una cota muy mohosa, morrión con mucha plumería de gallos, cuello del dozavo, y la máscara muy al propósito de lo que representaba. Acompañábanle el Cura y el Barbero con los trajes propios de escudero e infanta Micomicona que su crónica cuenta, y su leal escudero Sancho Panza, graciosamente vestido, caballero en su asno albardado y con sus alforjas bien proveídas y el yelmo de Mambrino, llevábale la lanza y también sirvió de padrino a su amo, que era un caballero de Córdoba de lindo humor, llamado don Luis de Córdoba, y anda en este reino disfrazado con nombre de Luis de Galves. Había venido a la sazón de esta fiesta por juez de Castro Virreina; y presentándose en la tela con extraña risa de los que miraban, dio su letra, que decía:
Soy el audaz don Quixó-,
y maguer que desgraçiá-,
fuerte, brabo y arriscá-.
y los jueces desde su andamio alcanzaron un bocado, y después de haber tenido entre sí algunas diferencias sobre el dar de los premios de invención, letra y gala, se resolvieron en esta forma: que el de invención, por haber sido todas tan buenas y reconocerse poca o casi ninguna ventaja en ellas, se le diese al Caballero de la Triste Figura, por la propiedad con que hizo la suya y la risa que en todos causó verle; el cual dio cuatro varas de raso morado que le tocaron, a su escudero Sancho, para que las presentase en su nombre [a Dulcinea] cuando la viese, diciéndole que el su caballero las había ganado con el ardid y esfuerzo que su memoria le había prestado…
● Pedir a los alumnos que busquen información sobre quiénes fueron Johan Georg II y Leopoldo Rius. |
● Pedir a los alumnos que encuentren los pasajes en el texto cervantinos correspondientes a las ilustraciones del grabado alemán. |
Todos los personajes son reconocibles gracias al correspondiente rótulo que aparece en la parte superior del grabado.
Encabeza la procesión «El enano»(1), que anuncia la llegada del caballero tocando un cuerno (al igual que el porquero en la primera aventura del Don Quijote en la venta de Palomeque el Zurdo –I,2), le sigue «El cura»(2) que lleva a un molino de viento en sus manos (el más celebrado episodio de los molinos y los gigantes –I,8), mientras «El barbiera»(3) lleva un barril (recordando otro episodio de supuesto enfrentamiento con gigantes, que se demostraron cueros de vino –I,35).
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Les sigue «La sin vor (par) Dulcinea del Toboso»(4), que no luce precisamente por su belleza, al igual que la campesina elegida como dueña de su corazón por Quijote y a la que Sancho tiene que llevar una amorosa carta (I,25):
T5 —¿Que la hija de Lorenzo Corchuelo es la señora Dulcinea del Toboso, llamada por otro nombre Aldonza Lorenzo? |
En el centro de la procesión aparece al fin nuestro caballero, «El ingenioso Hidalgo Don Quixote de la Mancha, Cavallero de la triste figura»(5), como así se denomina, a imitación de otros famosos caballeros, y según Sancho, después de haber quedado muy machacado tras la Aventura de los carneros (I,18):
T6 Yo se lo diré: porque le he estado mirando un rato a la luz de aquella hacha que lleva aquel malandante, y verdaderamente tiene vuestra merced la más mala figura, de poco acá, que jamás he visto; y débelo de haber causado, o ya el cansancio d’este combate, o ya la falta de las muelas y dientes. Al que Don Quijote le contesta:
T7 —No es eso —respondió don Quijote—, sino que el sabio, a cuyo cargo debe de estar el escribir la historia de mis hazañas, le habrá parecido que será bien que yo tome algún nombre apelativo, como lo tomaban todos los caballeros pasados: cuál se llamaba el de la Ardiente Espada; cuál, el del Unicornio; aquel, de las Doncellas; aquéste, el del Ave Fénix; el otro, el Caballero del Grifo; est’otro, el de la Muerte; y por estos nombres e insignias eran conocidos por toda la redondez de la tierra. Don Quijote aparece con un enorme cuello de gorguera y sombrero emplumado, llevando una lanza y escudo (en el que aparece la misma imagen de Dulcinea de la estampa y su denominación como «Caballero de la Triste Figura»). Su cabeza está reclinada sobre el pecho y su semblante es de hombre infeliz. El caballo sobre el que está es bastante más delgado.
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Como fiel escudero, le sigue «Sancho Pança, Scudiero. Don Quixote»(6) montado en su burro, al igual que su amo, con una lanza y el mismo escudo.
«La Linda Maritornes»(7), como aparece en su rótulo, no es tan linda, al igual que la dueña de todos los pensamientos del Hidalgo. Recordamos la descripción de Cervantes (I,16): T8 Servía en la venta, asimesmo, una moza asturiana, ancha de cara, llana de cogote, de nariz roma, del un ojo tuerta y del otro no muy sana. Verdad es que la gallardía del cuerpo suplía las demás faltas: no tenía siete palmos de los pies a la cabeza, y las espaldas, que algún tanto le cargaban, la hacían mirar al suelo más de lo que ella quisiera. |
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…y, como a nuestro aventurero todo cuanto pensaba, veía o imaginaba le parecía ser hecho y pasar al modo de lo que había leído, luego que vio la venta, se le representó que era un castillo con sus cuatro torres y chapiteles de luciente plata, sin faltarle su puente levadiza y honda cava, con todos aquellos adherentes que semejantes castillos se pintan. Fuese llegando a la venta, que a él le parecía castillo, y a poco trecho d’ella detuvo las riendas a Rocinante, esperando que algún enano se pusiese entre las almenas a dar señal con alguna trompeta de que llegaba caballero al castillo. |
4. Recepción en los países europeos[4]
4.1. Alemania
La primera traducción que se hace al alemán es simplemente de los primeros veintidós capítulos de la primera parte y se edita en 1648 en Franckfurt, por Schadewitz. Aparte del frontispicio [fig. 8], se insertan en esta pequeña edición en 12º, cuatro estampas sueltas que inciden en cuatro episodios cómicos de las aventuras quijotescas [figs. 9-12].
Y serían:
[1 – fig. 9] la Primera comida de don Quijote en la venta (I,2); [2 – fig. 10] la Aventura de los molinos de viento (I,4); [3 – fig. 11] el Encuentro nocturno con Maritornes (I,16) y [4 – fig. 12] la Aventura de los batanes (I,18).
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Otro dato a subrayar es que al ser leído como un libro más de caballería, de entretenimiento, el lector ya está predispuesto a imaginarse al tal Don Quijote como uno más de los caballeros andantes. Y allí es donde juega el autor y esto permite su rápida difusión en el imaginario colectivo europeo y americano.
4.2. Flandes
El programa iconográfico que se establece en Flandes es el que tendrá mayor difusión en todo el continente, interpretará al Quijote como un libro más de caballerías, aunque incidirá más en su función de entretenimiento. En efecto sentará las bases para una voluntad didáctica de lectura del Quijote.
Analizamos un momento el frontispicio de la edición de Dordrecht de 1657. El centro de la escena es Don Quijote y a su lado está Sancho. Detrás en un medallón vemos a Dulcinea, y en los laterales, las estatuas de Amadís de Gaula y de Roldán. Al principio de esta edición aparecen los siguientes versos: Ceded el paso, Angélica y Oriana. |
● Preguntar a los alumnos qué significan estos versos puestos como introducción a la edición y cómo se relacionan con la ilustración del frontispicio. |
4.3. Francia
● Pedir a los alumnos que busquen información sobre Antoine Coypel. ● Pedir a los alumnos que identifiquen las escenas que se representan en estas dos estampas y que encuentren el pasaje correspondiente en la obra cervantina. |
[Fig. 14] Las Bodas de Camacho (II,20): Don Quijote y Sancho están sentados observando el espectáculo de la entrada a la boda Camacho y Quiteria, de Amor y de Riqueza, representados como dioses griegos. Muy distinto de las ilustraciones anteriores, ¿verdad? No solo en la riqueza de detalles y en el cuidado de la representación: el ambiente que se respira es distinto. Casi idílico, como una nueva arcadia, una representación idealizada en la que la corte puede identificarse.
[Fig. 15] el Episodio de la Dueña Dolorida (II,39): Don Quijote a la presencia de los Duques, escucha la petición de venganza de la Condesa Trifaldi o dueña Dolorida, que por desgracia fue encantada por el malo Malambruno junto a sus doncellas, y a todas les creció una florida barba y unos poblados bigotes.
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Y luego la Dolorida y las demás dueñas alzaron los antifaces con que cubiertas venían, y descubrieron los rostros, todos poblados de barbas, cuáles rubias, cuáles negras, cuáles blancas y cuáles albarrazadas, de cuya vista mostraron quedar admirados el duque y la duquesa, pasmados don Quijote y Sancho, y atónitos todos los presentes.
4.4. Inglaterra
Fue durante el siglo anterior cuando se sentaron las bases para una diferente lectura del Quijote, más culta, más seria y que llevará a crear un nuevo libro, una edición de lujo de esta obra cervantina. En efecto el texto empezará a leerse como crítica, diagnóstico de su propio tiempo y no solo como obra humorística. Se trasformará en modelo de estilo y de escritura, y no solo: será el ejemplo de sátira moral a seguir por los autores ingleses e irlandeses, forma a imitar para que llegue un mensaje más directo al lector. Unos años antes, en Inglaterra, se confecciona la primera edición en folio del Quijote, que ya no se ve exclusivamente como librito de entretenimiento y de divulgación popular.
● Pedir a los alumnos que identifiquen las dos escenas de abajo y que las comparen con otras vistas anteriormente. |
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Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso, que eran los más del año, se daba a leer libros de caballerías, con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza y aun la administración de su hacienda. […]
En resolución, él se enfrascó tanto en su letura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro, de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros…
[Fig. 17] La segunda imagen muestra la Aventura de los batanes, pero ya no se representa el momento en que Sancho desahoga sus miedos y en el que Don Quijote se percata y exclama: «En que ahora más que nunca hueles, y no a ámbar», sino el momento justo anterior, en el que el escudero para impedir alguna locura de su dueño, ata los pies a su rocín de modo que ya no podrá seguir su cabalgada nocturna.
Los personajes siempre mantienen su dignidad, hasta en los momentos más difíciles, en los momentos en que son derrotados y en los que se burlan de ellos y de su buena fe.
4.5. España
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que los retratos de D. Quixote, de Sancho y de las demás Figuras se han de sacar igualmente de las pinturas que hace Cervantes y que los trages se arreglen en todo a lo que se usaron en los siglos 15 y 16 con otras particularidades que se explican en el papel que leí.
● Utilizando los conocimientos adquiridos hasta ahora, pedir a los alumnos que identifiquen las tres escenas de arriba y que las comparen con otras vistas anteriormente. |
[Fig. 19] La segunda imagen es la salida de Don Quijote y Sancho en busca de aventuras, y es la imagen clásica, la representación en la que pensamos cuando nos piden describir a sus protagonistas. Como se parece esta ilustración a las estatuas que están en la Plaza de España de Madrid, tan queridas a sus habitantes y las mismas que aparece en tantas fotografías de turistas extranjeros.
[Fig. 20] Se observa que la última lámina representa la de la Aventura de los cueros de vino tinto, en la que don Quijote, sonámbulo, arremete en contra de las arrobas de vino pensando que eran el gigante que ultrajó a la Infanta Micomicona, o sea a la pobre Dorotea. Cervantes escribe:
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Y, con esto, entró en el aposento, y todos tras él, y hallaron a don Quijote en el más estraño traje del mundo: estaba en camisa, la cual no era tan cumplida que por delante le acabase de cubrir los muslos, y por detrás tenía seis dedos menos; las piernas eran muy largas y flacas, llenas de vello y no nada limpias; tenía en la cabeza un bonetillo colorado, grasiento, que era del ventero; en el brazo izquierdo tenía revuelta la manta de la cama, con quien tenía ojeriza Sancho, y él se sabía bien el porqué; y en la derecha, desenvainada la espada, con la cual daba cuchilladas a todas partes, diciendo palabras como si verdaderamente estuviera peleando con algún gigante.
5. Uso de herramientas en internet
5.1. QBI. Banco de Imágenes del Quijote (1605-1915)
5.2. Cómo usar este repositorio de imágenes
● Pedir a los alumnos que entren en la web y busquen 1) la edición más antigua en francés, 2) la más antigua que representa Clavileño, las ediciones en hindi y en japonés, presentes en el QBI |
- Este trabajo se inscribe en el marco del proyecto n.º 111005 de mejora de la calidad docente (Universidad de Córdoba): Sentido(s) de la literatura del Siglo de Oro. Para la realización de este trabajo se utilizó el libro Leer el Quijote en imágenes (Madrid: Calambur, 2006) del profesor J. M. Lucía Megías. Todas las ilustraciones utilizadas forman parte del repositorio: QBI. Banco de Imágenes del Quijote (1605-1915). Todos los textos de la obra cervantina, reproducen la edición del Quijote de F. Sevilla y A. Rey Hazas (Alcalá de Henares: CEC, 1993).
- [http://cvc.cervantes.es/literatura/quijote_america/peru/relacion_pausa.htm]
- [http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/cervantes-bulletin-of-the-cervantes-society-of-america--36/html/02788f44-82b2-11df-acc7-002185ce6064_16.html]
- Para ilustrar la difusión y recepción del Quijote en los países europeos, como la misma Alemania, Francia, Inglaterra, Flandes y España, se sigue el esquema de las aportaciones del estudioso de la iconografía quijotesca J. M. Lucía Megías, así como se avisa en la n. 1 de este trabajo.
- El término ilustradas hace referencia a las ilustraciones insertadas dentro del texto y no a las que aparecen en portada.
- Con financiación por parte del Centro de Estudios Cervantinos y la Empresa Pública.