La relación de la obra de Cervantes con la música
Dr. Diego Martínez Torrón, Universidad de Córdoba
Cómo se cita este artículo
Martínez Torrón, Diego (2015). «La relación de la obra de Cervantes con la música». SENSIGLORO. Sentido(s) de la Literatura del Siglo de Oro. Monografía 8. Disponible en: <http://sensigloro.weebly.com/>. [Acceso el XX/XX/XXXX]. I.S.S.N.: 2603-5960
Martínez Torrón, Diego (2015). «La relación de la obra de Cervantes con la música». SENSIGLORO. Sentido(s) de la Literatura del Siglo de Oro. Monografía 8. Disponible en: <http://sensigloro.weebly.com/>. [Acceso el XX/XX/XXXX]. I.S.S.N.: 2603-5960
Referentes de la música europea del momento
Quizás el modo más intuitivo y por tanto más empático y profundo de conocer una época en la cultura sea adentrarse en sus formas musicales más depuradas, lo que se llama la música clásica, y que los franceses –reducto de cultura tal y como la entendimos siempre– denominan la grande musique.
A través de todo ese universo de sonidos entendemos desde el punto de vista connotativo el verdadero espíritu de la cultura de cada época y cada país y cada civilización.
A través de todo ese universo de sonidos entendemos desde el punto de vista connotativo el verdadero espíritu de la cultura de cada época y cada país y cada civilización.
Referentes de la música europea del momento
Desde el punto de vista internacional considero importante la música del inglés William Byrd (1543-1623), que fue muy difundida, pues fue el compositor más importante de la dinastía Tudor, en la época de Isabel I, y en los inicios de los Estudardo (Jacobo I de Inglaterra.) Editó una colección de las canciones de Orlando di Lasso en Londres en 1570. Fue un compositor de profundas creencias católicas, lo que le aproximaría al universo de la España del momento.
También habría que referirse a la música inglesa de Thomas Tallis (c. 1505-1585), que compuso para Enrique VIII de Inglaterra, Eduardo VI, María I e Isabel I. Su obra musical fue recreada en el siglo XX, por ese buen compositor que fue Ralph Vaughan Williams (1872-1958), en su pieza Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis (1910), que le dio el salto a la fama, y que es una hermosa composición que se recrea en excelente film de Gonzalo Suárez Remando al viento (1987), que es quizás la aproximación más fidedigna que la gran pantalla ha realizado del universo de los románticos, recreando la relación de Lord Byron con los Shelley, Polidori etc.
Habría que mencionar los madrigales de Claudio Giovanni Monteverdi (1567-1643), que fueron muy difundidos en España, y que inspiran a ese degustador de la buena música clásica que fue el novelista Alejo Carpentier, en la época del boom latinoamericano de los años 1970.
Ver wikimedia commons.
Y: http://imslp.org/wiki/Category:Monteverdi,_Claudio; http://www3.cpdl.org/wiki/index.php/Claudio_Monteverdi
Para estos autores, y otros de la época, también españoles, puede consultarse el Proyecto Biblioteca Internacional de Partituras Musicales: https://es.wikipedia.org/wiki/Proyecto_Biblioteca_Internacional_de_Partituras_Musicales
Y el Choral Public Domain Library: https://es.wikipedia.org/wiki/Choral_Public_Domain_Library
También habría que referirse a la música inglesa de Thomas Tallis (c. 1505-1585), que compuso para Enrique VIII de Inglaterra, Eduardo VI, María I e Isabel I. Su obra musical fue recreada en el siglo XX, por ese buen compositor que fue Ralph Vaughan Williams (1872-1958), en su pieza Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis (1910), que le dio el salto a la fama, y que es una hermosa composición que se recrea en excelente film de Gonzalo Suárez Remando al viento (1987), que es quizás la aproximación más fidedigna que la gran pantalla ha realizado del universo de los románticos, recreando la relación de Lord Byron con los Shelley, Polidori etc.
Habría que mencionar los madrigales de Claudio Giovanni Monteverdi (1567-1643), que fueron muy difundidos en España, y que inspiran a ese degustador de la buena música clásica que fue el novelista Alejo Carpentier, en la época del boom latinoamericano de los años 1970.
Ver wikimedia commons.
Y: http://imslp.org/wiki/Category:Monteverdi,_Claudio; http://www3.cpdl.org/wiki/index.php/Claudio_Monteverdi
Para estos autores, y otros de la época, también españoles, puede consultarse el Proyecto Biblioteca Internacional de Partituras Musicales: https://es.wikipedia.org/wiki/Proyecto_Biblioteca_Internacional_de_Partituras_Musicales
Y el Choral Public Domain Library: https://es.wikipedia.org/wiki/Choral_Public_Domain_Library
La música religiosa y música clásica polifónica en la España de Cervantes
Para comprender el universo que rodea a Cervantes y su época es preciso oír la música mística y melancólica de Tomás Luis de Victoria (1548-1611), que fue coetáneo de nuestro escritor y músico de amplia difusión, con piezas de singular belleza y misticismo exquisito.
Ver en la Biblioteca Coral de Dominio Público, sus obras: http://www3.cpdl.org/wiki/index.php/Tom%C3%A1s_Luis_de_Victoria
Y en el Proyecto Biblioteca Internacional de Partituras Musicales: http://imslp.org/wiki/Category:Victoria,_Tom%C3%A1s_Luis_de
Igualmente es un referente importante la obra de Cristóbal de Morales (1500-1553), visitando como ejemplos: http://www1.cpdl.org/wiki/index.php/Crist%C3%B3bal_de_Morales Y: http://imslp.org/wiki/Category:Morales,_Crist%C3%B3bal_de; http://www.uma.es/victoria/morales.html
También la obra, singular por su belleza e intensidad, de Francisco Guerrero (1528-1599): http://www2.cpdl.org/wiki/index.php/Francisco_Guerrero Y: http://imslp.org/wiki/Category:Guerrero,_Francisco
De estos tres autores y de otros de la época hay versiones en el mercado en formato CD, sobre todo desde inicios de este siglo. También sobre la música de la corte de los reyes de la época de Cervantes.
De este modo, en la música española de estilo elevado, en la época cervantina, nos encontramos con la dulce melancolía de creaciones exquisitas, que roza el filo de lo imposible en notas sostenidas que producen un efecto de suspensión flotante en el tiempo. Sobre todo en Victoria, Guerrero y Morales, nos dice mucho del espíritu artístico y de la sensibilidad de los renacentistas, y por tanto de los escritores renacentistas. Y sin embargo, como veremos en la conclusión, Cervantes posee desde mi personal punto de vista un modo peculiar y distinto de aproximarse a la música, al menos por lo que nos ha legado en su obra.
Ver en la Biblioteca Coral de Dominio Público, sus obras: http://www3.cpdl.org/wiki/index.php/Tom%C3%A1s_Luis_de_Victoria
Y en el Proyecto Biblioteca Internacional de Partituras Musicales: http://imslp.org/wiki/Category:Victoria,_Tom%C3%A1s_Luis_de
Igualmente es un referente importante la obra de Cristóbal de Morales (1500-1553), visitando como ejemplos: http://www1.cpdl.org/wiki/index.php/Crist%C3%B3bal_de_Morales Y: http://imslp.org/wiki/Category:Morales,_Crist%C3%B3bal_de; http://www.uma.es/victoria/morales.html
También la obra, singular por su belleza e intensidad, de Francisco Guerrero (1528-1599): http://www2.cpdl.org/wiki/index.php/Francisco_Guerrero Y: http://imslp.org/wiki/Category:Guerrero,_Francisco
De estos tres autores y de otros de la época hay versiones en el mercado en formato CD, sobre todo desde inicios de este siglo. También sobre la música de la corte de los reyes de la época de Cervantes.
De este modo, en la música española de estilo elevado, en la época cervantina, nos encontramos con la dulce melancolía de creaciones exquisitas, que roza el filo de lo imposible en notas sostenidas que producen un efecto de suspensión flotante en el tiempo. Sobre todo en Victoria, Guerrero y Morales, nos dice mucho del espíritu artístico y de la sensibilidad de los renacentistas, y por tanto de los escritores renacentistas. Y sin embargo, como veremos en la conclusión, Cervantes posee desde mi personal punto de vista un modo peculiar y distinto de aproximarse a la música, al menos por lo que nos ha legado en su obra.
Algunas notas sobre la música en el Quijote
No es muy abultado el número de referencias que se encuentran en las ediciones del Quijote a la música. Pero la tantas veces injustamente denostada edición que hizo Gaos, y que ya defendí tempranamente, al ser realizada por un intelectual de amplios conocimientos y sensibilidad literaria, buen poeta además, y con amplios conocimientos literarios, contiene en el índice temático final un catálogo de sucintas referencias a nuestro tema –solo con la indicación de la página– del que me voy a valer, tanto para glosar el correspondiente texto cervantino como para establecer algunas conclusiones personales, rastreando por mi parte las sugerencias que allí se contienen.
Me refiero a: Miguel de Cervantes Saavedra, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Vol. III: Apéndices, Gramática, Bibliografía e Índices, edición crítica y comentario de Vicente Gaos, Madrid, Gredos, 1987.
Contiene algunas referencias a la música en la novela cervantina, simplemente con indicación de página, y he ido entrando en estas referencias sucintas para establecer mi propio razonamiento:
Se refiere a la “Presentación acústica de personajes y de aventuras”, Y sin embargo tengo la impresión de que esta edición, en sus anotaciones al respecto, confunde a veces la música propiamente dicha con los simples sonidos humanos.
De este modo remite a este texto:
Me refiero a: Miguel de Cervantes Saavedra, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Vol. III: Apéndices, Gramática, Bibliografía e Índices, edición crítica y comentario de Vicente Gaos, Madrid, Gredos, 1987.
Contiene algunas referencias a la música en la novela cervantina, simplemente con indicación de página, y he ido entrando en estas referencias sucintas para establecer mi propio razonamiento:
Se refiere a la “Presentación acústica de personajes y de aventuras”, Y sin embargo tengo la impresión de que esta edición, en sus anotaciones al respecto, confunde a veces la música propiamente dicha con los simples sonidos humanos.
De este modo remite a este texto:
Estando, pues, los dos allí, sosegados y a la sombra, llegó a sus oídos una voz que, sin acompañarla son de algún otro instrumento, dulce y regaladamente sonaba, de que no poco se admiraron, por parecerles que aquel no era lugar donde pudiese haber quien tan bien cantase […][1]
Y en otro punto:
En resolución, estando todos en regocijo y fiesta, sino los dos aporreando que se carpían, oyeron el son de una trompeta, tan triste, que les hizo volver los rostros hacia donde les pareció que sonaba[2]
Gaos recoge así cómo Hatfeld (pp. 96-98), siguiendo a Agostini, se refiere a la presentación acústica como un “medio de interesar y sorprender.”[3]
Y sigue espigando textos cervantinos al respecto:[4]
Y sigue espigando textos cervantinos al respecto:[4]
Con esto se fueron a un jardín donde habían de comer aquel día […] a deshora se oyó el son tristísimo de un pífano y el de un ronco y destemplado tambor. Todos mostraron alborotarse con la confusa, marcial y triste armonía, especialmente don Quijote, que no cabía en su asiento de puro alborotado […]
Y luego destaca este texto:[5]
Adelante pasaran con el coloquio dueñesco si no oyeran que el pífano y los tambores volvían a sonar, por donde entendieron que la dueña Dolorida entraba […]
Por mi parte empero, quiero hacer notar que aquí la música es más bien una especie de fondo ambiental escenográfico, propio casi del teatro más que de la novela. Para Cervantes, en estos textos, la música es sobre todo un recurso que acompaña a la narración, o bien una especie de indicio semántico que le sirve para enlazar con lo anteriormente expuesto en la narración. La música tiene aquí un valor subsidiario más que por sí misma.
Notemos este texto de la novela:[6]
Notemos este texto de la novela:[6]
“[…] Porque quiero que sepas, Sancho, que todos o los más caballeros andantes de la edad pasada eran grandes trovadores y grandes músicos; que estas dos habilidades, o gracias, por mejor decir, son anexas a los enamorados andantes. Verdad es que las coplas de los pasados caballeros tienen más de espíritu que de primor.
Aquí el texto tiene ya una belleza propia de la evocación de la música como impulsora de los sentimientos de los protagonistas, pero notemos que la referencia va más bien dirigida a la obra de los trovadores, si bien estos eran simultáneamente músicos y poetas.
Para luego recalar en la escena en que maese Pedro relata su historia mientras toca música.[7] Pero una vez más la música no tiene valor en sí misma sino como subsidiaria del relato.
La misteriosa y hermosa muchacha que encuentran en Sierra Morena afirma que:[8]
Para luego recalar en la escena en que maese Pedro relata su historia mientras toca música.[7] Pero una vez más la música no tiene valor en sí misma sino como subsidiaria del relato.
La misteriosa y hermosa muchacha que encuentran en Sierra Morena afirma que:[8]
[…] por recrear el ánimo, estos ejercicios dejaba, me acogía al entretenimiento de leer algún libro devoto, o a tocar una harpa, porque la experiencia me mostraba que la música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu […]
En este punto si encontramos una evocación de los aspectos sublimes o al menos sentimentales y espirituales del arte de la música.
Hay otros pequeños detalles en la novela cervantina que remiten a la música, como cuando se relata el desencanto de Dulcinea:[9]
Hay otros pequeños detalles en la novela cervantina que remiten a la música, como cuando se relata el desencanto de Dulcinea:[9]
[…] y se oyó no otro ruido, sino un son de suave y concertada música formado, con que Sancho se alegró y lo tuvo a buena señal […]
Pero siempre la música me parece que constituye un símbolo para utilizar en la narración, más que por el valor que posee en sí misma.
Por ello, cuando se libera a los galeotes, se dice de modo irónico sobre los músicos:[10]
Por ello, cuando se libera a los galeotes, se dice de modo irónico sobre los músicos:[10]
—Este, señor, va por canario, digo, por músico y cantor.
—Pues ¿cómo? –repitió don Quijote–. ¿Por músicos y cantores van también a galeras?
—Sí, señor, –respondió el galeote–, que no hay peor cosa que cantar en el ansia.
—Antes he oído decir –dijo don Quijote– que quien canta, sus males espanta.
—Acá es al revés –dijo el galeote–; que quien canta una vez, llora toda la vida.
[…]
Aunque también hay referencias líricas a la música:[11]
Era anochecido; pero antes que llegasen les pareció a todos que estaba delante del pueblo un cielo lleno de innumerables y resplandecientes estrellas. Oyeron asimismo confusos y suaves sonidos de diversos instrumentos como de flautas, tamborines, salterios, albogues, panderos y sonajas […]
Y sin embargo notemos que los instrumentos que menciona son casi todos de percusión o flautas, como si Cervantes estuviera más acostumbrado a la música popular en que se usan. Por ello, del mismo modo también en Persiles (III, 9): “Uno tocaba el tamboril y la flauta, otro el salterio, este las sonajas y aquél los albogues.”
Y en La Galatea (Libro III):[12] “y cuál, son su tamborino y flauta les daba la madrugada; acullá se oía la regocijada gaita; acá sonaba el acordado rabel; allí, el antiguo salterio; aquí, los cursados albogues.”
Se ha resaltado la importancia de la música en la educación de la mujer, que al parecer –ya desde otros tiempos– podemos comprobar que era, con su espíritu sensitivo, el verdadero reducto de la poesía y la belleza.
A este efecto ver la edición de Francisco Rico, donde en la misma página se estudia el efecto psicológico de la música. Para ello remite a la espléndida edición de Schevill y Bonilla.[13]
Y en La Galatea (Libro III):[12] “y cuál, son su tamborino y flauta les daba la madrugada; acullá se oía la regocijada gaita; acá sonaba el acordado rabel; allí, el antiguo salterio; aquí, los cursados albogues.”
Se ha resaltado la importancia de la música en la educación de la mujer, que al parecer –ya desde otros tiempos– podemos comprobar que era, con su espíritu sensitivo, el verdadero reducto de la poesía y la belleza.
A este efecto ver la edición de Francisco Rico, donde en la misma página se estudia el efecto psicológico de la música. Para ello remite a la espléndida edición de Schevill y Bonilla.[13]
Estudios específicos sobre la música y Cervantes
Como bibliografía clásica y ya antigua sobre el tema, puede consultarse:
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FERNÁNDEZ DE VALDERRAMA, José María, Música del “Quijote”…, Madrid, Imp. Colonial, 1905.
RODA, Cecilio de, Ilustraciones del “Quijote”. Los instrumentos músicos y las danzas. Canciones, (Conferencias), Madrid, Bernardo Rodríguez, 1905 RODA, Cecilio de, Las canciones del “Quijote”, Madrid, Bernardo Rodríguez, 1905 ESPINÓS, Víctor, El “Quijote” en la música y la Música en el “Quijote”, Bilbao, s.a. (¿1918?) |
Recientemente puede consultarse la voz MÚSICA en Carlos Alvar (ed.) Gran Enciclopedia Cervantina. En ese libro hay un buen tratamiento de estos aspectos que estamos mencionando.[14]
Allí Danièle Becker recoge citas del Quijote a que me he referido antes. Ello me demuestra una vez más que la filología está constituida por una serie de peldaños en los que se va escalando hacia arriba, cada vez con más documentación –no siempre con superiores ideas…–, aunque en ocasiones no quede claro el origen de una información o idea de base… Si bien no es obviamente el caso del volumen citado.
Añade así una cita de Rinconete y Cortadillo sobre la concertación del tañer de un pandero, chapín, y una escoba de palma nueva.[15] Esto me parece muy interesante por cuanto demuestra que la música de que gustaba Cervantes era la popular, y más próxima a la percusión –en todo caso, como vimos antes, la flauta pastoril. Y que la invención de la percusión aleatoria, a la manera de los ritmos afroamericanos que tan de moda se pusieron hace relativamente poco en Estados Unidos, ya la inventaron en nuestro siglo de oro, con la misma deriva marginal.
Recoge igualmente una cita de Berganza en el Coloquio de perros, sobre las canciones populares de los pastores, lo que creo abunda en la opinión que antes he sustentado.
Y en el Quijote (II, XLV) se refiere a Febo como “padre de la Poesía, inventor de la Música.”[16]
Hay allí luego un detallado estudio del tema de la música en la obra de Cervantes, que realizan diversos autores.
Danièle Becker señala la importancia de la vihuela y del canto solista en aquella época cervantina. Y se mencionan los instrumentos que usan los pastores ya en La Galatea, donde cantan y tocan instrumentos, siendo la música de cuerdas más fina que la zampoña.[17] Se repasa detenidamente la aparición de instrumentos musicales en esa novela.
Luego se menciona la voz cantada solista de Altisidora en el Quijote (II, XLIV-XLVI). Y en la segunda parte de esta novela el romance va asociado a la música, lo que da pie a la mencioanada crítico para insertar la referencia a dos tratados musicales del momento: Salinas y su Musica (Salamanca, 1577), o el posterior libro de Briceño, su Método mui facilíssimo de tocar la guitarra (Paris, 1626).
Y más tarde en el Persiles, el personaje de Feliciana de la Voz (II, iv y v), que tiene un hermoso registro de canto. La música aparece como instrumento de sosiego de las pasiones encrespadas de los protagonistas, aquí el padre que quiere matarla. Cree Becker que para Cervantes la voz es el mejor instrumento. Y se recogen ejemplos de música callejera en El celoso extremeño, La Ilustre fregona, Rinconete y Cortadillo y La Gitanilla. También en Pedro de Urdemalas, La gran sultana, La elección de los alcaldes de Duranzo, en donde se relaciona la música con el teatro.[18]
Aquí quiero establecer una conclusión personal importante. Por ello este último aspecto me parece destacable: Cervantes vive la música a través del teatro que era el arte de masas populares. También en el romance, o en la música pastoril. Yo creo a Cervantes la música le interesa por su relación con la literatura, por ejemplo los romances que se cantaban, o la música de los pastores, o la música popular. Quizás la explicación se encuentre en que la formación en música más elevada estaba reservada al ámbito de los salones aristocráticos, eclesiásticos y de la corte, y Cervantes no fue aficionado a ninguno de estos tres estamentos, pues posee un sentido muy democrático del arte y de la vida.
Remito a la obra que estoy comentando, en la que hay una gran cantidad de documentación que no merece la pena repetir aquí, al ser libro de fácil acceso.
En la bibliografía se cita un texto ya clásico sobre nuestro tema, que es: M. Querol Gavaldá, La Música en las obras de Cervantes, Barcelona, 1948, al que llegaremos enseguida. También se menciona el trabajo de J. J. Rey Marcos, Danzas cantadas en el renacimiento español, Madrid, 1978. Y de Danièle Becker, “Le concert des voix et des instruments dans le roman pastoral et la nouvelle sentimentale au siècle d’Or”, en Le Concert des Voix et des Instruments à la Renaissance, Paris, 1994, pp. 619-630.
En el mismo libro que estoy comentando hay un breve trabajo de Juan José Pastor Comín, con amplia bibliografía (pp. 8258-8260), donde se apunta la relación entre música y romance en la obra cervantina.[19] Y con referencias a obras de la época como la Silva de Sirenas de Valderrábano (1547), el Cancionero Musical de Turín (1585-1605), el Cancionero Musical de Palacio, la teoría de Salinas, las obras de Mudarra, Narváez, Pisador, Valderrábano y Venegas de Henestrosa. Son todas obras y referencias que ya de por sí merecerían un libro y estudio aparte.
De todos modos insisto en la peculiaridad del tratamiento del tema de la música en Cervantes, que a mí me parece totalmente subsidiario respecto a la estructura y motivos de la narración.
La voz de la monumental enciclopedia que estoy comentando continúa vinculando la música de temática cervantina con el espectáculo: primero con el teatro, con un trabajo de Elena Torres Clemente, donde se ubica el tema en el siglo XX (pp. 8260-8264); luego en el cine (pp. 8264-8266) por Ana Vega Toscano, destacada crítico de Radio Clásica que aporta aquí bibliografía a la que remito.
Se pasa luego a la música de temática cervantina en el siglo XX: en América del Norte, en la música vocal e instrumental de concierto, en la música popular, en el teatro, la danza y el cine, etc. por Carol Hess.[20]
Luego Eddie Sammons recoge un pormenorizado y extenso catálogo de referencias, agrupadas por temas, de todas las obras musicales que han tenido su fuente en la obra de cervantina, desde sus orígenes hasta la actualidad.[21]
Hay otros aspectos en relación a la música latinoamericana y norteamericana en las páginas siguientes, a las que remito.
Y un breve texto de Germán Labrador López de Azcona, con bibliografía a la que remito,[22] que comenta el libro de Miguel Querol Gavaldá (1912-2002), al que enseguida nos referiremos por su importancia. Ese texto fue publicado en 1948, y reeditado en 1971 y luego –como veremos– en 2005 por el Centro de Estudios Cervantinos. Para mí es una de esas obras admirables de nuestros estudiosos de la primera mitad del siglo XX que merecen la pena ser releídas.
Allí Danièle Becker recoge citas del Quijote a que me he referido antes. Ello me demuestra una vez más que la filología está constituida por una serie de peldaños en los que se va escalando hacia arriba, cada vez con más documentación –no siempre con superiores ideas…–, aunque en ocasiones no quede claro el origen de una información o idea de base… Si bien no es obviamente el caso del volumen citado.
Añade así una cita de Rinconete y Cortadillo sobre la concertación del tañer de un pandero, chapín, y una escoba de palma nueva.[15] Esto me parece muy interesante por cuanto demuestra que la música de que gustaba Cervantes era la popular, y más próxima a la percusión –en todo caso, como vimos antes, la flauta pastoril. Y que la invención de la percusión aleatoria, a la manera de los ritmos afroamericanos que tan de moda se pusieron hace relativamente poco en Estados Unidos, ya la inventaron en nuestro siglo de oro, con la misma deriva marginal.
Recoge igualmente una cita de Berganza en el Coloquio de perros, sobre las canciones populares de los pastores, lo que creo abunda en la opinión que antes he sustentado.
Y en el Quijote (II, XLV) se refiere a Febo como “padre de la Poesía, inventor de la Música.”[16]
Hay allí luego un detallado estudio del tema de la música en la obra de Cervantes, que realizan diversos autores.
Danièle Becker señala la importancia de la vihuela y del canto solista en aquella época cervantina. Y se mencionan los instrumentos que usan los pastores ya en La Galatea, donde cantan y tocan instrumentos, siendo la música de cuerdas más fina que la zampoña.[17] Se repasa detenidamente la aparición de instrumentos musicales en esa novela.
Luego se menciona la voz cantada solista de Altisidora en el Quijote (II, XLIV-XLVI). Y en la segunda parte de esta novela el romance va asociado a la música, lo que da pie a la mencioanada crítico para insertar la referencia a dos tratados musicales del momento: Salinas y su Musica (Salamanca, 1577), o el posterior libro de Briceño, su Método mui facilíssimo de tocar la guitarra (Paris, 1626).
Y más tarde en el Persiles, el personaje de Feliciana de la Voz (II, iv y v), que tiene un hermoso registro de canto. La música aparece como instrumento de sosiego de las pasiones encrespadas de los protagonistas, aquí el padre que quiere matarla. Cree Becker que para Cervantes la voz es el mejor instrumento. Y se recogen ejemplos de música callejera en El celoso extremeño, La Ilustre fregona, Rinconete y Cortadillo y La Gitanilla. También en Pedro de Urdemalas, La gran sultana, La elección de los alcaldes de Duranzo, en donde se relaciona la música con el teatro.[18]
Aquí quiero establecer una conclusión personal importante. Por ello este último aspecto me parece destacable: Cervantes vive la música a través del teatro que era el arte de masas populares. También en el romance, o en la música pastoril. Yo creo a Cervantes la música le interesa por su relación con la literatura, por ejemplo los romances que se cantaban, o la música de los pastores, o la música popular. Quizás la explicación se encuentre en que la formación en música más elevada estaba reservada al ámbito de los salones aristocráticos, eclesiásticos y de la corte, y Cervantes no fue aficionado a ninguno de estos tres estamentos, pues posee un sentido muy democrático del arte y de la vida.
Remito a la obra que estoy comentando, en la que hay una gran cantidad de documentación que no merece la pena repetir aquí, al ser libro de fácil acceso.
En la bibliografía se cita un texto ya clásico sobre nuestro tema, que es: M. Querol Gavaldá, La Música en las obras de Cervantes, Barcelona, 1948, al que llegaremos enseguida. También se menciona el trabajo de J. J. Rey Marcos, Danzas cantadas en el renacimiento español, Madrid, 1978. Y de Danièle Becker, “Le concert des voix et des instruments dans le roman pastoral et la nouvelle sentimentale au siècle d’Or”, en Le Concert des Voix et des Instruments à la Renaissance, Paris, 1994, pp. 619-630.
En el mismo libro que estoy comentando hay un breve trabajo de Juan José Pastor Comín, con amplia bibliografía (pp. 8258-8260), donde se apunta la relación entre música y romance en la obra cervantina.[19] Y con referencias a obras de la época como la Silva de Sirenas de Valderrábano (1547), el Cancionero Musical de Turín (1585-1605), el Cancionero Musical de Palacio, la teoría de Salinas, las obras de Mudarra, Narváez, Pisador, Valderrábano y Venegas de Henestrosa. Son todas obras y referencias que ya de por sí merecerían un libro y estudio aparte.
De todos modos insisto en la peculiaridad del tratamiento del tema de la música en Cervantes, que a mí me parece totalmente subsidiario respecto a la estructura y motivos de la narración.
La voz de la monumental enciclopedia que estoy comentando continúa vinculando la música de temática cervantina con el espectáculo: primero con el teatro, con un trabajo de Elena Torres Clemente, donde se ubica el tema en el siglo XX (pp. 8260-8264); luego en el cine (pp. 8264-8266) por Ana Vega Toscano, destacada crítico de Radio Clásica que aporta aquí bibliografía a la que remito.
Se pasa luego a la música de temática cervantina en el siglo XX: en América del Norte, en la música vocal e instrumental de concierto, en la música popular, en el teatro, la danza y el cine, etc. por Carol Hess.[20]
Luego Eddie Sammons recoge un pormenorizado y extenso catálogo de referencias, agrupadas por temas, de todas las obras musicales que han tenido su fuente en la obra de cervantina, desde sus orígenes hasta la actualidad.[21]
Hay otros aspectos en relación a la música latinoamericana y norteamericana en las páginas siguientes, a las que remito.
Y un breve texto de Germán Labrador López de Azcona, con bibliografía a la que remito,[22] que comenta el libro de Miguel Querol Gavaldá (1912-2002), al que enseguida nos referiremos por su importancia. Ese texto fue publicado en 1948, y reeditado en 1971 y luego –como veremos– en 2005 por el Centro de Estudios Cervantinos. Para mí es una de esas obras admirables de nuestros estudiosos de la primera mitad del siglo XX que merecen la pena ser releídas.
* * *
Uno de los mejores libros sobre el tema que nos ocupa, y que ha sido recientemente reeditado, es el de Miguel Querol Gavaldá (1912-2002), La música en la obra de Cervantes, Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, y que además recoge un CD-Rom con 22 piezas musicales de la época.
Este libro se editó inicialmente en 1948 y se agotó muy pronto, pero en esta edición de 2005 se incorporan nuevas anotaciones que Querol dejó inéditas. Como si justamente la maldición, añado, para todos los grandes cervantistas –Pellicer, Clemencín, Rodríguez Marín, Gaos etc.– fuera que sus estudios quedaran inacabados. Es como si la obra de Cervantes no permitiera ser analizada solo en el espacio de la vida de una persona… Las ediciones recientes del Quijote en la que sus editores han superado la prueba de publicarla con vida, se debe solo, creo, a las modernas técnicas informáticas, que nos ahorran tanto tiempo. Ello ha permitido las ediciones de Florencio Sevilla o Francisco Rico.
En este libro, edición de 2005, Querol sostiene que:[23]
Este libro se editó inicialmente en 1948 y se agotó muy pronto, pero en esta edición de 2005 se incorporan nuevas anotaciones que Querol dejó inéditas. Como si justamente la maldición, añado, para todos los grandes cervantistas –Pellicer, Clemencín, Rodríguez Marín, Gaos etc.– fuera que sus estudios quedaran inacabados. Es como si la obra de Cervantes no permitiera ser analizada solo en el espacio de la vida de una persona… Las ediciones recientes del Quijote en la que sus editores han superado la prueba de publicarla con vida, se debe solo, creo, a las modernas técnicas informáticas, que nos ahorran tanto tiempo. Ello ha permitido las ediciones de Florencio Sevilla o Francisco Rico.
En este libro, edición de 2005, Querol sostiene que:[23]
Cervantes era un apasionado de la música, de la que conocía todas sus formas: vocal o instrumental, cantada o danzada. En su obra literaria encontramos numerosas citas musicales, y podemos afirmar que en gran medida el Quijote se basa en los antiguos romances. Escritor erudito, Cervantes nos desgrana con gran habilidad las composiciones musicales que conforman el amplio y variado repertorio de su tiempo. De este repertorio, que abarca tres siglos de música, hemos elegido estas obras que están directamente relacionadas con los textos cervantinos […]
Seguidamente Querol incluye las 22 obras mencionadas: de Juan Aranés (siglos XVI-XVII) (“Un sarao de la chacona”), Mateo Romero (1575-1647) (“Romerico florido”), un anónimo del siglo XVII (“No hay decir”), Luis de Narváez (siglos XVI) (“Paseábase el rey moro”), anónimo del XVI-XVII (“Chacona”, para clavecín), anónimo del siglo XVII (“Al villano se la dan”), anónimo del siglo XV ((“Tres morillas”), anónimo del siglo XVI (“La perra mora), , anónimo de los siglos XVI-XVII (“Folía”, para clavecín), anónimo del siglo XVII (“Vuelve barquilla”), anónimo del XVI-XVII (“Canario”, para clavecín), anónimo del XVII (“De tu vista celoso”), Luis de Milán (siglo XVI) (“Durante”), Gabriel Mena (siglo XV) (“De la dulce mi enemiga”), anónimo del XVI (Caballero, si a Francia ides”), anónimo del XVII (“Jácara” para clavecín), Antonio de Ribera (siglos XVI-XVII) (“Por unos puertos arriba”), Luis Milán (siglo XV) (“Con pavor recordó el moro”), anónimo del XVI-XVII (“Canario” para clavecín), anónimo del XVII (“Dulce estás señora mía”), anónimo del XV (“Rómpase la sepultura”), Enríquez de Valderrábano (siglo XVI) (“Pavana” para guitarra).
Del documentado y magnífico libro de Querol puedo deducir que justamente es imprescindible establecer una relación entre las artes para llegar a comprender un texto o imagen que pertenezca a cualquiera de ellas, de donde el interés de este proyecto de innovación docente que trabaja esa interrelación a partir de la vinculación de los sentidos
Por ello las conclusiones que antes establecía acerca de la música en la obra de Cervantes deben ser matizadas a la luz del trabajo de Querol, que ahora nos es asequible gracias al empeño de Carlos Alvar y su Centro de Estudios Cervantinos.
El libro de Querol, con una introducción de Alicia Muñiz Hernández –esposa de Querol– y un prólogo de Juan sedó Peris-Mencheta estudia la música en la obra de Cervantes (pp. 23-45): en relación sobre todo a las comedias y entremeses, la ética musical cervantina, la estética –armonía natural, elogio de la voz humana, instrumentos bélico-festivos, expresiones cervantinas para expresar el movimiento de la danza. Se indican los conocimientos musicales de Cervantes.
En el capítulo II (pp. 45-77) se analizan los textos mencionados por Cervantes en sus obras “Mis arreos son las armas”, “Romances de Lanzarote del Lago”, “Romances del marqués de Mantua y de Valdovinos”, “Romance de Cardenio en Sierra Morena”, “Romance del Conde Claros de Montalbán”, “Romance de Roncesvalles”, “Romance de Calaínos”, “Romance de Durandarte”, “Romance de don Gaiferos”, “Romances del rey don Rodrigo”, “Romance del rey Favila”, “Romance de don Rodrigo de Lara.” Insisto en que así se prueba, obviamente, la relación entre los romances –que eran cantados– y la música.
Se comentan luego desde el punto de vista de la musicología, las canciones mencionadas por Cervantes en sus obras (pp. 77-109): “A la guerra me lleva”, “De la dulce mi enemiga”, “Ven, muerte, tan escondida”, “Pastorcico, tú que veines”, “Madre, la mi madre”, “Canciones de Abindarraéz y Jarifa”, “A los hierros de una reja”, “Por un verde prado”, “Sal la Estrella de Venus”, Romances de moros y moras, “Tres ánades, madre”, “Cata el lobo do va, Juanica”, “Dulce esperanza mía” y otras canciones y villancicos.
Luego en el capítulo IV estudia las danzas y bailes que Cervantes menciona (pp. 109-169), en el V los instrumentos que menciona (pp. 169-203) –con un interesante catálogo de referencias a instrumentos de época, aunque añadiré, como dije antes, que tiene más bien un origen popular la música de que gusta nuestro escritor: rabele, guitarra, vihuela, laúd, arpa, salterio, órgano, clavicémbalo, albogue, caramillo, flauta, silbato, pífano, chirimía, churumbela, dulzaina, gaita zamorana, zampoña, trompeta, corneta, sacabuche, lelilí, cuerno, bocina, trompa de París, atabal, tambor, tamboril, pandero, sonajas, castañetas, cascabeles, cencerros, matracas, tejoletas y escoba.
Y finalmente Cervantes en las obras de música (pp. 203-213), con un detenido repaso a las referencias musicales a la obra del escrito.
Como quiera que este libro posee un detallado índice onomástico, ello me exime de referirme con detalle a lo que allí es fácil de encontrar.
Creo que este libro desmonta la aparente falta de relación de la obra de Cervantes con la música, lo que se establece además por la vinculación que posee con los romances y las formas populares de poesía y danza, en los intermedios teatrales etc. ya que no debe olvidarse nunca el carácter musical que poseían estos géneros que a veces estamos solamente acostumbrados a tratar como textos.
Por otro lado se recoge una gran cantidad de referencias a instrumentos musicales y vocablos vinculados a la música en la obra cervantina.
El libro de Querol vino a llenar un hueco importante en los estudios cervantinos respecto a su tema, que antes apenas se había tratado, y creo que aún no ha sido superado. Pero debo remitir a él porque me parece innecesario hacer un resumen del mismo más allá de estas breves anotaciones, porque es de fácil acceso en la citada reedición. Puede comprobarse por otro lado cómo remite constantemente a las ediciones de Pellicer en el XVIII y de Clemencín en el XIX, autores que junto a Bastús, Astrana Marín, Díaz Benjumea, Rodríguez Marín etc. he dedicado varios estudios, pues sus aportaciones siguen siendo valiosas hoy día. Lo indico en nota para quién quiera ampliar el tema[24].
Remito en fin a este libro de Querol, para que comprendamos que a veces es imprescindible acudir a los repertorios eruditos clásicos, en los que se barajaban documentación y conocimientos que a veces hasta superan a los de nuestra época de la información.
Pude por tanto observarse el interés que tiene aún hoy día hacer una historia de los conocimientos filológicos anteriores, como he intentado hacer, pues la escuela filológica española, ya desde el XVIII hasta el XX, posee un enorme valor y profundidad.
Del documentado y magnífico libro de Querol puedo deducir que justamente es imprescindible establecer una relación entre las artes para llegar a comprender un texto o imagen que pertenezca a cualquiera de ellas, de donde el interés de este proyecto de innovación docente que trabaja esa interrelación a partir de la vinculación de los sentidos
Por ello las conclusiones que antes establecía acerca de la música en la obra de Cervantes deben ser matizadas a la luz del trabajo de Querol, que ahora nos es asequible gracias al empeño de Carlos Alvar y su Centro de Estudios Cervantinos.
El libro de Querol, con una introducción de Alicia Muñiz Hernández –esposa de Querol– y un prólogo de Juan sedó Peris-Mencheta estudia la música en la obra de Cervantes (pp. 23-45): en relación sobre todo a las comedias y entremeses, la ética musical cervantina, la estética –armonía natural, elogio de la voz humana, instrumentos bélico-festivos, expresiones cervantinas para expresar el movimiento de la danza. Se indican los conocimientos musicales de Cervantes.
En el capítulo II (pp. 45-77) se analizan los textos mencionados por Cervantes en sus obras “Mis arreos son las armas”, “Romances de Lanzarote del Lago”, “Romances del marqués de Mantua y de Valdovinos”, “Romance de Cardenio en Sierra Morena”, “Romance del Conde Claros de Montalbán”, “Romance de Roncesvalles”, “Romance de Calaínos”, “Romance de Durandarte”, “Romance de don Gaiferos”, “Romances del rey don Rodrigo”, “Romance del rey Favila”, “Romance de don Rodrigo de Lara.” Insisto en que así se prueba, obviamente, la relación entre los romances –que eran cantados– y la música.
Se comentan luego desde el punto de vista de la musicología, las canciones mencionadas por Cervantes en sus obras (pp. 77-109): “A la guerra me lleva”, “De la dulce mi enemiga”, “Ven, muerte, tan escondida”, “Pastorcico, tú que veines”, “Madre, la mi madre”, “Canciones de Abindarraéz y Jarifa”, “A los hierros de una reja”, “Por un verde prado”, “Sal la Estrella de Venus”, Romances de moros y moras, “Tres ánades, madre”, “Cata el lobo do va, Juanica”, “Dulce esperanza mía” y otras canciones y villancicos.
Luego en el capítulo IV estudia las danzas y bailes que Cervantes menciona (pp. 109-169), en el V los instrumentos que menciona (pp. 169-203) –con un interesante catálogo de referencias a instrumentos de época, aunque añadiré, como dije antes, que tiene más bien un origen popular la música de que gusta nuestro escritor: rabele, guitarra, vihuela, laúd, arpa, salterio, órgano, clavicémbalo, albogue, caramillo, flauta, silbato, pífano, chirimía, churumbela, dulzaina, gaita zamorana, zampoña, trompeta, corneta, sacabuche, lelilí, cuerno, bocina, trompa de París, atabal, tambor, tamboril, pandero, sonajas, castañetas, cascabeles, cencerros, matracas, tejoletas y escoba.
Y finalmente Cervantes en las obras de música (pp. 203-213), con un detenido repaso a las referencias musicales a la obra del escrito.
Como quiera que este libro posee un detallado índice onomástico, ello me exime de referirme con detalle a lo que allí es fácil de encontrar.
Creo que este libro desmonta la aparente falta de relación de la obra de Cervantes con la música, lo que se establece además por la vinculación que posee con los romances y las formas populares de poesía y danza, en los intermedios teatrales etc. ya que no debe olvidarse nunca el carácter musical que poseían estos géneros que a veces estamos solamente acostumbrados a tratar como textos.
Por otro lado se recoge una gran cantidad de referencias a instrumentos musicales y vocablos vinculados a la música en la obra cervantina.
El libro de Querol vino a llenar un hueco importante en los estudios cervantinos respecto a su tema, que antes apenas se había tratado, y creo que aún no ha sido superado. Pero debo remitir a él porque me parece innecesario hacer un resumen del mismo más allá de estas breves anotaciones, porque es de fácil acceso en la citada reedición. Puede comprobarse por otro lado cómo remite constantemente a las ediciones de Pellicer en el XVIII y de Clemencín en el XIX, autores que junto a Bastús, Astrana Marín, Díaz Benjumea, Rodríguez Marín etc. he dedicado varios estudios, pues sus aportaciones siguen siendo valiosas hoy día. Lo indico en nota para quién quiera ampliar el tema[24].
Remito en fin a este libro de Querol, para que comprendamos que a veces es imprescindible acudir a los repertorios eruditos clásicos, en los que se barajaban documentación y conocimientos que a veces hasta superan a los de nuestra época de la información.
Pude por tanto observarse el interés que tiene aún hoy día hacer una historia de los conocimientos filológicos anteriores, como he intentado hacer, pues la escuela filológica española, ya desde el XVIII hasta el XX, posee un enorme valor y profundidad.
Algunos enlaces en la red sobre la relación de Cervantes con la música
http://sensigloro.weebly.com/
http://cvc.cervantes.es/actcult/quijote_musica/
http://cvc.cervantes.es/actcult/quijote_musica/rey.htm
http://www.uam.es/otros/invmus/cervantes/
http://www.bdigital.unal.edu.co/14091/1/3-7879-PB.pdf
http://www.musicaantigua.com/don-quijote-decia-que-donde-musica-hubiere-cosa-mala-no-existiere/
www.musicaycervantes.es/congreso2012/
http://enciclopedia.us.es/index.php/Enciclopedia:M%C3%BAsica_y_Don_Quijote
https://books.google.es/books?id=TGLhyr11z50C&pg=PA117&lpg=PA117&dq=cervantes+y+el+quijote+en+la+m%C3%BAsica&source=bl&ots=ccfoqirtw-&sig=7fE4r97l_rGpr-8zCqLXDzCXykc&hl=es&sa=X&ved=0CE4Q6AEwB2oVChMIp9Tm1ofExwIVyX4aCh0u6wbA#v=onepage&q=cervantes%20y%20el%20quijote%20en%20la%20m%C3%BAsica&f=false
https://www.youtube.com/watch?v=B5JWGbpQnDM
http://www.allmusic.com/album/m%C3%BAsica-en-el-quijote-y-otras-obras-de-miguel-de-cervantes-mw0001553692
http://cvc.cervantes.es/actcult/quijote_musica/
http://cvc.cervantes.es/actcult/quijote_musica/rey.htm
http://www.uam.es/otros/invmus/cervantes/
http://www.bdigital.unal.edu.co/14091/1/3-7879-PB.pdf
http://www.musicaantigua.com/don-quijote-decia-que-donde-musica-hubiere-cosa-mala-no-existiere/
www.musicaycervantes.es/congreso2012/
http://enciclopedia.us.es/index.php/Enciclopedia:M%C3%BAsica_y_Don_Quijote
https://books.google.es/books?id=TGLhyr11z50C&pg=PA117&lpg=PA117&dq=cervantes+y+el+quijote+en+la+m%C3%BAsica&source=bl&ots=ccfoqirtw-&sig=7fE4r97l_rGpr-8zCqLXDzCXykc&hl=es&sa=X&ved=0CE4Q6AEwB2oVChMIp9Tm1ofExwIVyX4aCh0u6wbA#v=onepage&q=cervantes%20y%20el%20quijote%20en%20la%20m%C3%BAsica&f=false
https://www.youtube.com/watch?v=B5JWGbpQnDM
http://www.allmusic.com/album/m%C3%BAsica-en-el-quijote-y-otras-obras-de-miguel-de-cervantes-mw0001553692
Bibliografía más reciente sobre la relación de Cervantes con la música
Además de los textos antes recogidos, habría que referirse siquiera brevemente a dos libros más aparecidos igualmente en este mismo sello editorial, sobre nuestro, de modo más reciente:
Begoña Lolo (ed.), Cervantes y el “Quijote” en la música. Estudios sobre la recepción de un mito, Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2007. Esta catedrática de Historia de la Música en la Universidad Autónoma de Madrid es especialista en la recepción de la novela cervantina en el universo editorial. Responsable del área de música de la Gran Enciclopedia Cervantina, y directora del proyecto de investigación El “Quijote” en la música (siglos XVII-XIX). Mito y desmitificación. Más allá de la nómina de obras –añado, que ya apuntadas por Querol, como vimos– intenta aquí una aproximación a los personajes y aventuras de la novela cervantina a través de la danza y de los géneros líricos e instrumentales.
De la misma autora: Begona Lolo (ed.), Visiones del “Quijote” en la música del siglo XX, Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2010.
En este mismo sello se anunciaban tres libros próximos sobre el tema: Adela Presas, Don Chisciotte alle nozze di Gamaccio, de Saverio Mercadante. Cádiz en la estela de la ópera italiana; Beatriz Martínez Fresno, El Quijote en el ballet; y Pepe Rey, Los instrumentos musicales en las obras de Cervantes.
Remito además a Enlaces Cervantinos, creado por este Centro de Estudios Cervantinos, como nodo de distribución.
Begoña Lolo (ed.), Cervantes y el “Quijote” en la música. Estudios sobre la recepción de un mito, Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2007. Esta catedrática de Historia de la Música en la Universidad Autónoma de Madrid es especialista en la recepción de la novela cervantina en el universo editorial. Responsable del área de música de la Gran Enciclopedia Cervantina, y directora del proyecto de investigación El “Quijote” en la música (siglos XVII-XIX). Mito y desmitificación. Más allá de la nómina de obras –añado, que ya apuntadas por Querol, como vimos– intenta aquí una aproximación a los personajes y aventuras de la novela cervantina a través de la danza y de los géneros líricos e instrumentales.
De la misma autora: Begona Lolo (ed.), Visiones del “Quijote” en la música del siglo XX, Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2010.
En este mismo sello se anunciaban tres libros próximos sobre el tema: Adela Presas, Don Chisciotte alle nozze di Gamaccio, de Saverio Mercadante. Cádiz en la estela de la ópera italiana; Beatriz Martínez Fresno, El Quijote en el ballet; y Pepe Rey, Los instrumentos musicales en las obras de Cervantes.
Remito además a Enlaces Cervantinos, creado por este Centro de Estudios Cervantinos, como nodo de distribución.
Notas
[1] Ver volumen I, p. 100 de esta edición, correspondiente a Quijote (I, XXVII).
[2] Ibídem vol. I, p. 954, Quijote (I, LII)).
[3] Helmut Hatfeld, El “Quijote” como obra de arte del lenguaje, Madrid, 1972, 2ª ed. pp. 96-98. Apud vol. II, p. 983 de ed. de Gaos.
[4] Op. cit., vol II, p. 525 de esta ed. (II, XXXVI).
[5] Op. cit., vol. II, p. 532 de esta ed. (II, XXXVII)
[6] Ver el índice temático de la edición de Gaos. Aquí menciona a op. cit., vol. I, p. 463 (I, XXIII).
[7] Op. cit., vol. II, p. 394 (II, XXVI).
[8] Op. cit., vol. I, p. 571 (I, XXXVIII)
[9] Op. cit., vol. II, p. 506 (II,XXXIV)
[10] Op. cit., vol. I, p. 434 (I, XXII)
[11] Op. cit., vol. II, p. 294 (II, XIX).
[12] Remito a Gaos, vol. II, p. 494, nota 207, que remite para la voz “albogue” a Antonio Vilanova, Erasmo y Cervantes, Barcelona, CSIC, 1949, vol. I, p. 588.
[13] Hay muy pocas referencias al tema de la música en Cervantes en: Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha. Edición del Instituto Cervantes. Dirigida por Francisco Rico, Barcelona, Instituto Cervantes/Crítica, 1998 por la que cito (hay tercera edición en Espasa/Círculo de Lectores, en 2015.Allí, en el Volumen complementario, en p. 359, n. 322: sobre la educación de la mujer, Zayas, Desengaños amorosos: en ella entraba “tañer y cantar a una arpa.” Se señala que en el XVI las arpas eran más pequeñas que las actuales. (Alexandre Buchner, Les instruments de musique à travers les âges, Gründ, Paris, 1972, p. 17; y José María Lamaña, “Los instrumentos musicales en la España renacentista”, Miscellanea Barcinonensia, XXXIX, 1975, pp. 67-117 –la cita en p. 107– y XL, 1975, pp. 7-57.
En esa misma página se da bibliografía sobre el efecto psicológico de la música, apud Rudolph Schevill y Alonso Bonilla San Martín, la edición del Quijote dentro de las Obras completas de MCS, Madrid, Gráficas Reunidas, 1928-1941, 4 vols: en la Política de Aristóteles, en las Etimologías de San Isidoro, II, 15. Se añade la referencia de La Dorotea de Lope de Vega, III, 4, 2ª ed. Morby p. 252; y en Francisco Rico, El pequeño mundo del hombre, Madrid, Alianza, 1970, hay reediciones.
[14] Voz MÚSICA en Carlos Alvar (ed.) Gran Enciclopedia Cervantina. Vol. VIII, Madrid, Castalia/Centro de Estudios Cervantinos, 2011, pp. 8255-8393.
[15] Op. cit. p. 8255.
[16] Op. cit. p. 8255.
[17] Op. cit. p. 8256.
[18] Op. cit. pp. 8257-8258.
[19] Op. cit. pp. 8258-8260.
Cita este crítico como bibliografía: M. Frenk, “Refranes cantados y cantares proverbializados”, Nueva Revista de Filología Hispánica, XV, (1961), pp. 155-168, luego en Estudios de lírica antigua, Madrid, 1978, pp. 154-171; M. Querol Gavaldá, “La música de los romances y canciones mencionadas por Cervantes en sus obras”, Anuario Musical, II (1947), pp. 53-68) y La música en las obras de Cervantes, Barcelona, 1949, del mismo autor; J.J. Pastor Comín, “De la música en Cervantes: estado de la cuestión”, Anales Cervantinos, 35 (1999), pp. 383-395, y del mismo autor –que leyó en 2004 su tesis doctoral sobre el tema en la Universidad de Castilla-La Mancha–: Por ásperos caminos: nueva música cervantina, Cuenca, 2005, y –entre otros trabajos que ha dedicado al tema-: Cervantes: música y poesía. El hecho musical en el pensamiento lírico cervantino, Vigo, 2007.
[20] Op. cit. pp. 8266-8269.
[21] Op. cit. pp. 8271-8378.
[22] Ver op. cit pp. 8378-8379. Y en la bibliografía: V. Espinós, El “Quijote” en la música, Barcelona, 1945 (reed. CEC, 2005); O. Esplá, “Cervantes et la musique”, Europe XXV, 23 (1947), pp. 22-31. Y de M. Querol Gavaldá: La música en las obras de Cervantes, Madrid, CSIC, 1948, reed. 1971.
[23] Op. cit. p. 229.
[24] Diego Martínez Torrón: Voces “JOSÉ MARÍA ASENSIO Y TOLEDO” (pp. 832-837) y “LUIS ASTRANA MARÍN” (pp. 849-869) en Carlos Alvar (dir.) y Alfredo Alvar Ezquerra/Florencio Sevilla Arroyo (coord.), Gran Enciclopedia Cervantina, Madrid, Centro de Estudios Cervantinos/Editorial Castalia, 2005, volumen I. “AZORÍN” (pp. 1020-1025) y “JOHN BOWLE” (pp. 1452-1473) en ibídem, 2006, volumen II. “ADOLFO DE CASTRO” (pp. 2055-58) y DIEGO CLEMENCÍN (pp. 2457-2469) en ibídem, 2006, volumen III. “DÍAZ BENJUMEA, NICOLÁS” (pp. 3450-3454) en ibídem, 2007, volumen IV. “FERNÁNDEZ DE NAVARRETE, MARTÍN”, (pp. 4667-4679) en ibídem, 2008, vol. V. “GAOS, VICENTE”, pp. 5145-5158 en ibídem, 2008, vol. V. “HARTZENBUSCH, JUAN EUGENIO” pp. 5669-5675 en ibídem, 2009, vol. VI. “MOR DE FUENTES”, pp. 8096-8102, en ibídem, 2011, vol. VIII.
Ver también. mis trabajos cervantinos: Sobre Cervantes, Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2003. Contiene: “La locura de Don Quijote”, pp. 27-41; “El amor de Don Quijote”, pp. 41-73; “El amor en el Persiles”, pp. 73-115 y “La polémica cervantina de Díaz Benjumea”, pp. 115-1.
Ver mis textos:
“El cervantismo de Rodríguez Marín no es políticamente correcto”, en Eva y Kurt Reichenberger (eds.) Cervantes y su mundo, I, Kassel, Edition Reichenberger, 2004, pp. 127-138.
“John Bowle y el cervantismo español”, en A. Robert Lauer y Kurt Reichenberger (eds.), Cervantes y su mundo III, Kassel, Edition Reichenberger, 2005, pp. 419-504. También en mi libro, Cervantes y el ámbito anglosajón, Madrid, Sial, 2005 (Trivium, Biblioteca de Textos de Ensayo, 10), pp. 241-318.
“El lirismo del Quijote”, en Carlos Romero Muñoz (coord.), Por sendas del “Quijote” innumerable, Madrid, Visor Libros, 2007, (Col. Biblioteca Cervantina, XII), pp. 57-71
“El cervantismo español desde el neoclasicismo al romanticismo: sobre una edición romántica del Quijote”, CERVANTES, (revista de la Cervantes Society of America), vol. 34.2 (Fall, 2014), pp. 219-252. Coordiné este volumen junto al profesor José Manuel de Bernardo.
[1] Ver volumen I, p. 100 de esta edición, correspondiente a Quijote (I, XXVII).
[2] Ibídem vol. I, p. 954, Quijote (I, LII)).
[3] Helmut Hatfeld, El “Quijote” como obra de arte del lenguaje, Madrid, 1972, 2ª ed. pp. 96-98. Apud vol. II, p. 983 de ed. de Gaos.
[4] Op. cit., vol II, p. 525 de esta ed. (II, XXXVI).
[5] Op. cit., vol. II, p. 532 de esta ed. (II, XXXVII)
[6] Ver el índice temático de la edición de Gaos. Aquí menciona a op. cit., vol. I, p. 463 (I, XXIII).
[7] Op. cit., vol. II, p. 394 (II, XXVI).
[8] Op. cit., vol. I, p. 571 (I, XXXVIII)
[9] Op. cit., vol. II, p. 506 (II,XXXIV)
[10] Op. cit., vol. I, p. 434 (I, XXII)
[11] Op. cit., vol. II, p. 294 (II, XIX).
[12] Remito a Gaos, vol. II, p. 494, nota 207, que remite para la voz “albogue” a Antonio Vilanova, Erasmo y Cervantes, Barcelona, CSIC, 1949, vol. I, p. 588.
[13] Hay muy pocas referencias al tema de la música en Cervantes en: Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha. Edición del Instituto Cervantes. Dirigida por Francisco Rico, Barcelona, Instituto Cervantes/Crítica, 1998 por la que cito (hay tercera edición en Espasa/Círculo de Lectores, en 2015.Allí, en el Volumen complementario, en p. 359, n. 322: sobre la educación de la mujer, Zayas, Desengaños amorosos: en ella entraba “tañer y cantar a una arpa.” Se señala que en el XVI las arpas eran más pequeñas que las actuales. (Alexandre Buchner, Les instruments de musique à travers les âges, Gründ, Paris, 1972, p. 17; y José María Lamaña, “Los instrumentos musicales en la España renacentista”, Miscellanea Barcinonensia, XXXIX, 1975, pp. 67-117 –la cita en p. 107– y XL, 1975, pp. 7-57.
En esa misma página se da bibliografía sobre el efecto psicológico de la música, apud Rudolph Schevill y Alonso Bonilla San Martín, la edición del Quijote dentro de las Obras completas de MCS, Madrid, Gráficas Reunidas, 1928-1941, 4 vols: en la Política de Aristóteles, en las Etimologías de San Isidoro, II, 15. Se añade la referencia de La Dorotea de Lope de Vega, III, 4, 2ª ed. Morby p. 252; y en Francisco Rico, El pequeño mundo del hombre, Madrid, Alianza, 1970, hay reediciones.
[14] Voz MÚSICA en Carlos Alvar (ed.) Gran Enciclopedia Cervantina. Vol. VIII, Madrid, Castalia/Centro de Estudios Cervantinos, 2011, pp. 8255-8393.
[15] Op. cit. p. 8255.
[16] Op. cit. p. 8255.
[17] Op. cit. p. 8256.
[18] Op. cit. pp. 8257-8258.
[19] Op. cit. pp. 8258-8260.
Cita este crítico como bibliografía: M. Frenk, “Refranes cantados y cantares proverbializados”, Nueva Revista de Filología Hispánica, XV, (1961), pp. 155-168, luego en Estudios de lírica antigua, Madrid, 1978, pp. 154-171; M. Querol Gavaldá, “La música de los romances y canciones mencionadas por Cervantes en sus obras”, Anuario Musical, II (1947), pp. 53-68) y La música en las obras de Cervantes, Barcelona, 1949, del mismo autor; J.J. Pastor Comín, “De la música en Cervantes: estado de la cuestión”, Anales Cervantinos, 35 (1999), pp. 383-395, y del mismo autor –que leyó en 2004 su tesis doctoral sobre el tema en la Universidad de Castilla-La Mancha–: Por ásperos caminos: nueva música cervantina, Cuenca, 2005, y –entre otros trabajos que ha dedicado al tema-: Cervantes: música y poesía. El hecho musical en el pensamiento lírico cervantino, Vigo, 2007.
[20] Op. cit. pp. 8266-8269.
[21] Op. cit. pp. 8271-8378.
[22] Ver op. cit pp. 8378-8379. Y en la bibliografía: V. Espinós, El “Quijote” en la música, Barcelona, 1945 (reed. CEC, 2005); O. Esplá, “Cervantes et la musique”, Europe XXV, 23 (1947), pp. 22-31. Y de M. Querol Gavaldá: La música en las obras de Cervantes, Madrid, CSIC, 1948, reed. 1971.
[23] Op. cit. p. 229.
[24] Diego Martínez Torrón: Voces “JOSÉ MARÍA ASENSIO Y TOLEDO” (pp. 832-837) y “LUIS ASTRANA MARÍN” (pp. 849-869) en Carlos Alvar (dir.) y Alfredo Alvar Ezquerra/Florencio Sevilla Arroyo (coord.), Gran Enciclopedia Cervantina, Madrid, Centro de Estudios Cervantinos/Editorial Castalia, 2005, volumen I. “AZORÍN” (pp. 1020-1025) y “JOHN BOWLE” (pp. 1452-1473) en ibídem, 2006, volumen II. “ADOLFO DE CASTRO” (pp. 2055-58) y DIEGO CLEMENCÍN (pp. 2457-2469) en ibídem, 2006, volumen III. “DÍAZ BENJUMEA, NICOLÁS” (pp. 3450-3454) en ibídem, 2007, volumen IV. “FERNÁNDEZ DE NAVARRETE, MARTÍN”, (pp. 4667-4679) en ibídem, 2008, vol. V. “GAOS, VICENTE”, pp. 5145-5158 en ibídem, 2008, vol. V. “HARTZENBUSCH, JUAN EUGENIO” pp. 5669-5675 en ibídem, 2009, vol. VI. “MOR DE FUENTES”, pp. 8096-8102, en ibídem, 2011, vol. VIII.
Ver también. mis trabajos cervantinos: Sobre Cervantes, Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2003. Contiene: “La locura de Don Quijote”, pp. 27-41; “El amor de Don Quijote”, pp. 41-73; “El amor en el Persiles”, pp. 73-115 y “La polémica cervantina de Díaz Benjumea”, pp. 115-1.
Ver mis textos:
“El cervantismo de Rodríguez Marín no es políticamente correcto”, en Eva y Kurt Reichenberger (eds.) Cervantes y su mundo, I, Kassel, Edition Reichenberger, 2004, pp. 127-138.
“John Bowle y el cervantismo español”, en A. Robert Lauer y Kurt Reichenberger (eds.), Cervantes y su mundo III, Kassel, Edition Reichenberger, 2005, pp. 419-504. También en mi libro, Cervantes y el ámbito anglosajón, Madrid, Sial, 2005 (Trivium, Biblioteca de Textos de Ensayo, 10), pp. 241-318.
“El lirismo del Quijote”, en Carlos Romero Muñoz (coord.), Por sendas del “Quijote” innumerable, Madrid, Visor Libros, 2007, (Col. Biblioteca Cervantina, XII), pp. 57-71
“El cervantismo español desde el neoclasicismo al romanticismo: sobre una edición romántica del Quijote”, CERVANTES, (revista de la Cervantes Society of America), vol. 34.2 (Fall, 2014), pp. 219-252. Coordiné este volumen junto al profesor José Manuel de Bernardo.